jueves, 31 de agosto de 2017

El árbol de la vida





Aletean pestañas verdes
de espaldas al árbol.
Hojas de siete colores, inmortales,
salvando un descuido intencionado.

Veo una película antigua, un carrete quemado.
Una vida atada de pies y manos

si le faltan los sueños
y le sobra el insomnio.

En mis ojos colinas
de lluvia,
del jade que quiso sanar
mi corazón en cuerpo ajeno;
de letras
que forman palabras imposibles,
sentencias de muerte irreversibles,
porque siempre podemos reencarnarnos
     - en nosotros mismos,
        tocar las nubes
        que han cobrado sentido
        y penden del azul,
        de la obsidiana-

Ahora me rima el vestido
con las uñas,
con el deseo
y con el latir.