lunes, 16 de febrero de 2015

Lunes.


"La niebla perezosa de su carta sin papel. El perfeccionismo de meses dándole cuerda a la cabeza. 

Pero luego esa falta de garra, 
afilar las uñas
y clavarlas en el alfil 
del hombro que tanto ha besado. 

Un gotero de incomprensión, intravenoso. Y otra dósis por vía oral. Porque a veces tenemos que respirar, pero no sabemos dónde encontrar el oxígeno.

La paciencia es la cura para un mundo intranquilo."

lunes, 2 de febrero de 2015

Florencia epistolar.

“Te escribo desde un portal de Florencia. Estoy en una calle que desconoces, en un barrio cuyo nombre ignoras. Y así seguirá siendo, porque quiero presentártelos personalmente. Es mi undécimo día aquí con el frío pegado a mis talones, y el viento creyendo ser  tus caricias en mi rostro. Aún enciendo al atardecer una vela en el salón por cada pesadilla que tuve la noche anterior, como solías hacer tú (y apuesto a que aún harás). Tú y tus supersticiones, tú y tus empeños en quemarlo todo con velas e incienso. 
Esta noche lucen tres. Y quiero contártelas todas.
En el primer sueño aparecías tú, cómo no. Tú me mirabas entre cientos de ojos más que contemplaban mi éxito en el escenario. Pero llorabas. Llorabas y te juzgaba egoísta por no compartir la sonrisa del público. Llorabas y te esfumabas. Y contigo la gente a mi alrededor, el telón y las butacas. Quedaba la nada, y yo atrapado en ella e inmóvil por toda la eternidad.
En el segundo corría por el Ponte Vecchio perseguido por algo, con el corazón desbocado. La gente se apartaba a mi paso con semblantes horrorizados. Pero el puente no terminaba nunca. No barajé otra posibilidad y me tiré. Creo que caí durante horas. Desperté sudando.
La última pesadilla estaba llena de aves que volaban hacia el norte a morir de frío. Intentaba atraparlas, cazarlas, darles muerte yo mismo para evitar que se congelaran lentamente. Pero no lo logré. Se helaron sus alas.
Quizá me esté volviendo loco porque tus cartas han dejado de llegar. Quizá me sienta culpable. Quizá tenga la culpa. Quizá me haya equivocado.

Hace demasiado frío para interpretar todas esas señales.”

domingo, 1 de febrero de 2015

Bajará la marea.

Mi abuelo escribió
lo que hoy cuenta mi espalda:
Pájaro que quiere vuelo
mejor dejarlo volar.

Y el sabio volvió a hablar
diciendo que encontré un pájaro
que no quería volver 
a levantar el vuelo.
Juro que no hubo alas enjauladas
tras barrotes de algodón
más felices que las suyas.

Bandera blanca:
vuela cuando quiere. 
vuela cuando quieras.

Respiramos el mismo aire.

Quédatelo todo
déjame en una casa sin ventanas
que me quedo a esperarte.

Y agárrate a mí,
que te salvo de la marea
hasta que el viento nos sople a favor.
Estás cubierto de sal;
escuecen las heridas,

pero curará.