sábado, 27 de septiembre de 2014

Metáforas.

A veces,
a algunos,
si nos da por pensar en la oscuridad,
en las injusticias diminutas
o en las más exorbitantes,
se nos desgarra el día
y nuestra frente permanece opaca
por mucho que la luz
suplique entrar portando consuelo.

Error. Craso error.
Abajo con la opacidad,
que entre la brisa del aliento
de una carcajada,
que siempre es más agradecida 
que cualquier cosa hecha jirones.

Al fin y al cabo,
al llegar a casa
nada es tan importante
y todo vale la pena.
Yo me quedo con lo que me abriga.

Y al final soy demasiado amiga de metáforas que sólo uno mismo comprende.

sábado, 20 de septiembre de 2014

Una menos.

Allí donde la soledad te destapa en plena madrugada, y abre la ventana para congelarte el corazón. 

Allí donde se tiran, por el tobogán de tus mejillas, burbujas de abatimiento.

Allí donde te grité "ven" por escrito, porque el mundo se me hacía un extraño conocido.

Allí viajé.
Allí te necesité.
Allí llegaste 
-por circunstancias ajenas, si quieres-
mal y tarde.

Y allí se me perdió una noche.

sábado, 13 de septiembre de 2014

El vacío.

Aún no conozco el nombre de aquello que sin querer se quiebra una y otra vez, sólo por disfrutar del placer de una recomposición. Pero existe. 

Existe, y en ocasiones casi puedo palparlo, aunque a veces se me aparezca como la sombra de otra sombra en la penumbra más absoluta. Así, imperceptible, anulando cualquier indicio de buena voluntad.

Es demoníaco, posesivo y el eterno lastre que toda inseguridad acarrea. Es vacío, es frialdad. Es miedo, el muy cabrón. 

Así que aseguraos de que echáis bien la llave, que aprovecha cualquier boca abierta para colarse y  deleitarse con el caos que va sembrando. Le gusta hacer ladrar acusaciones a nuestras caldeadas cuerdas vocales.

Y por experiencia sé que huye con un atisbo de paciencia o de intención. Y deja siempre tras de sí una útil moraleja.




lunes, 8 de septiembre de 2014

Breve manual anti-ojeras.

Para un óptimo sueño cada noche, recuerde:

Es preferible el sopor 
tras horas de llanto, 
al insomnio colérico 
de una discusión inacabada.
-El primero es desahogo,
el segundo, impotencia.-

Debe quemar 
antes de dormir
todas esas verdades a medias
que, con pluma de gallina,
le hayan dedicado en alguna ocasión.

Y, por último,
amordace bien sus pensamientos
que se les oye gritar 
a más de diez kilómetros;
y procure que no escapen
las ansias de contraatacar,
podrían causar graves perjuicios
a largo y corto plazo.



lunes, 1 de septiembre de 2014

Exceso de calor.

Los ciento veinticinco caballos
galopaban desbocados 
deseando dejar atrás
el duro asfalto de ciudad 
y,
sin querer, 
los días han corrido
casi tanto como ellos.

De vuelta a la dureza

de un colchón desierto,
como si las veinticuatro horas
vividas treinta veces
hubieran sido una mera fantasía.

Se me seca la piel

de no rozar la tuya al acostarme.
Evocar tanto que nadie sabe,
aun sin querer,
hiere más que cura;
como si de un sueño borroso
se tratase cada noche.

El tiempo huele a fortuna

o a desazón 
según dónde decida uno perderlo.
Personalmente hoy saboreo más
una escuela cerrada 
que mi ventana abierta.