Y claro que te recordaremos. Y en mi cabeza miles de cosas que no te dije, que no hice.
Hoy no tengo poesía, pero sí agradecimientos. Quiero ser breve: Gracias por enseñarnos lo frágil que es la vida, por hacernos comprender que nunca debemos dejar nada para más tarde. -Porque te dije que iría a verte el sábado, y fui, pero era, como ya he dicho, demasiado tarde. Perdóname-.
Ahora eres eterno. Ahora eres ese hilo rojo. Il filo rosso, atravesando el corazón de todos y cada uno de los que tuvimos la suerte de vivirte. Eres esos globos que dejamos escapar al aire, libres, salvo porque a ti nunca quisimos dejarte marchar.
Ahora eres la luz del atardecer sobre un puente de Bolonia, y la noche se ha dado demasiada prisa en llegar. Eres Bruce Springsteen en el diverti-jeep como tú decías. Estarás presente en cada acorde que escuchememos.
Ahora te toca a ti: estés donde estés, cuídanos. Nosotros cuidaremos de tu recuerdo todos los días de nuestras vidas.
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