sábado, 29 de noviembre de 2014

La espera.

Antes del león en la puerta de mi casa
que en vez de ambientador llevará Platero
quiero anunciarte 
que odio esperar.

Que vuelas y aun así
vas despacio
para mi hambre.

Hambre que devora sin digerir
ni uno solo de los roces
porque no hay tiempo.

No hay tiempo para masticar 
algo tan abstracto,
que me sienta como un traje a medida,
que a tu contacto se funde. 

Mientras te espero, por tanto,
soy la voz de la lluvia
que te besa la cara
tan delicada.
Soy un baile en el salón
soy tus ganas de aprender
y tus 'cuánto has aprendido'.

Soy las canciones
con las que te identificas.
Y te quiero escribir todas sus letras
en la piel.
Y te quiero cantar 
al oído.
Y te quiero.

Quizá no lo entiendas
o tal vez no lo dudes
pero si te pienso y no estás me ahogo. 
Y me gusta.

Y con el cabello gris
el mañana será un presente
donde olvidaremos el olvido
y cómo ha cambiado el mundo.

Por catorce millones de amaneceres
desde un mirador.

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