La desesperación y su capacidad de hipnosis. La muy puta siempre me encadena contra mi voluntad.
Y llego a la cama y no sé si aquello fue por haber perdido el tiempo, o porque cuando me falta el sueño me sobra la estupidez.
El caso es que esta mañana me he mirado al espejo te he visto en mis ojos. Y todo lo demás ha desaparecido.
Porque no me importa.
Porque estás tú.
Con tus abrazos curativos y un sol de invierno en tu boca.
Con tus manos fuertes y la magia que las baña.
Y así es como calmas a un león sin darte cuenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario